viernes, 23 de febrero de 2007
Para escucharla en serio...
A menudo los hijos, se nos parecen
así nos dan la primera satisfacción
esos que se menean con nuestros gestos
echando mano a cuento hay a su alrededor.
Esos loscos bajitos que se incorporan
con los ojos abiertos de par en par
sin respeto al horario ni a las costumbres
y a los que "por su bien hay que" domesticar.
Niño, deja ya de joder con la pelota
Niño, que eso no se dice, que eso no se hace
que eso no se toca...
Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma
nuestros rencores y nuestro porvenir.
Por eso nos parece que son de goma
que le bastan nuestros cuentos
para dormir...
Nos empeñamos en dirigir sus vidas
sin saber el oficio y sin vocación.
Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones
con la leche templada
y en cada canción.
Nada ni nadie puede impedir que sufran
que las agujas avancen en el reloj
que decidan por ellos, que se equivoquen
que crezcan y que un día
nos digan adiós.
jueves, 22 de febrero de 2007
Viaje
Razones
A veces, se debaten en el fondo
razones encontradas
discurren de la mano
o solitarias,
y suben por mis venas
como parras cargadas
con su fruto de marzo
ya tardío
como una pena amarga
que a fuerza de llevarla en andas
tiene un andar cansado
y casi sin palabras...
Sólo escucho el silencio
que se rompe
que estalla en mil pedazos
para volver a armarse
y debatir
y discurrir
y subir por mis venas
otra vez...
Pretendiendo que sólo hay blanco
y negro
no dejando filtrar la luz del gris
ni disfrutar en la penumbra
la silueta que reflejan
las razones encontradas...
que al cabo, no es tan mala
sino distinta! - grita una
quizás, no acostumbrada! - otra dice
y danzan, alejadas desde aquel desasosiego
despiadado
desde aquella verdad encorsetada.
Y duerme, entre los trigos del otoño
aquella piel,
tan igual y tan amada.
maria
.-.-.-.-.
Papá
Nos faltó el abrazo, papá
ese encontronazo de cuerpos
en la despedida.
Tal vez, sea por ésto
que el vacío me impregna
el adentro es afuera
es dolor y es partida
es ausencia de vos.
Es no estar ni en la noche
ni en el día
me falto agarrarte de las manos
muy fuerte
para que no te fueras, así
tan para siempre
tan donde estás ahora
donde yo no te encuentro...
no conozco el lugar!
no puedo verte!
...aunque quiera tocar
la piedra libre
atrás del sol...!
Te busqué entre los pinos
de tu casa
y entre los eucaliptus
y entre tu ropa
y entre tus letras...
y en el medio del patio
grité tu nombre
y te llamé papá miles
de veces...
borde feroz el filo del silencio
que me dejó callada.
Es ésta la respuesta?
en dónde se enredo tu barba blanca?
dónde suena tu acompasado zapateo
que no lo escucho
que no lo veo
que no lo entiendo?
Pero, acá estoy:
con mis manos vacías de las tuyas
con el cuerpo anudado sin abrazos
y aunque ésto suene a irremediable
canto
yo no puedo dejar de preguntarme
por qué esta despedida duele tanto...
Acaso, sea una forma
de no dejarte ir.
maria
.-.-.-.-.
miércoles, 21 de febrero de 2007
Sobre el camino con corazón: "la consistente preferencia por el camino con corazón es lo que diferencia al guerrero del hombre común. El guerrero sabe que un camino tiene corazón cuando es uno con él, cuando experimenta gran paz y placer al atravesar su largo". "Ningún camino lleva a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no. Uno hace gozoso el viaje; mientras lo sigas, eres uno con él. El otro te hará maldecir tu vida. Uno te hace fuerte, el otro te debilita".
Aire
Me saqué la ropa frente a vos
sin avisarte.
Disfruté la danza de tus signos
corporales,
el ruido de tus ojos,
el vuelo de tus manos.
Tu boca, tan abierta
que se tragó tu cara.
Tu suspiro, tan hondo...
que a mitad de camino
se confundió en el viento.
Y tus piernas, sonrieron
... entonces, me acerqué.
maria
.-.-.-.-.
Historia de la Sombra- Eduardo Galeano
El primer sabor que recuerda fue una zanahoria.
El primer olor, un limón cortado por la mitad.
Recuerda que lloró cuando descubrió la distancia.
Y recuerda que una mañana ocurrió el descubrimiento de la sombra.
Aquella mañana, él vio lo que hasta entonces había mirado sin ver: pegada a sus pies yacía la sombra, más larga que su cuerpo.
Caminó. Corrió. A dónde él iba, fuera donde fuera, la perseguidora sombra iba con él.
Quiso sacársela de encima. Quiso pisarla, patearla, golpearla, pero la sombra, más rápida que sus piernas y sus brazos, lo esquivaba siempre. Quiso saltar sobre ella; pero ella se adelantó. Volviéndose bruscamente, se la sacó de adelante; pero ella reapareció por detrás. Se pegó contra el tronco de un árbol, se acurrucó contra la pared, se metió detrás de la puerta. Donde él se perdía, la sombra lo encontraba.
Por fin, consiguió desprenderse. Pegó un brinco, se echó en la hamaca y se separó de la sombra.
Ella se quedó debajo de la red, esperándolo.
Después supo que las nubes, la noche y el mediodía suprimen a la sombra. Y supo que la sombra siempre vuelve, traída por el sol, como un anillo en busca del dedo o un abrigo viajando hacia el cuerpo.
Y se acostumbró.
Cuando él creció, con él creció su sombra. Y tuvo miedo de quedarse sin ella.
Y pasó el tiempo. Y ahora, cuando se está achicando, al cabo de los días de su vida, tiene pena de morirse y dejarla sin él.-
(gracias Galeano, por esa mirada)
Pequeño homenaje a Miguel Hernández
- Lo que más pena me dá es que se haya muerto tan joven...
-Bueh... en realidad, lo de la edad es un argumento un poco relativo, digamos...
- Cómo "relativo"?, qué estás diciendo?
- Eso: que me parece un argumento débil... el hecho de suponer que la edad es algo "determinante" de la muerte...o no?
- No. La gente, normalmente se muere cuando es vieja.
- Ja! no me hagas reír... qué me decís de Gastón? y de Mario? y de las hijas de Rosa? Y de tantos otros... que ni me voy a poner a sacar ninguna cuenta. Porque para mí, la cuestión es otra.
-Obvio! ya sé que hay gente que muere joven... no lo estoy negando!. Lo que digo es que eso me da mucha pena.
- Pena... pero, qué hacemos con la pena? Nunca te pusiste a pensar que la muerte y la vida son las dos caras de la misma moneda?
- Y... en algún aspecto, sí. Pero tiene que terminar una primero para...
- para nada. No tiene que terminar: continúa en otra forma, en un sin-ser-como-hasta-ahora, si querés. La muerte no se incorpora en un recodo de la vida. La muerte viene con uno.
- No digás pavadas! Y, entonces, qué me decís de las enfermedades? No se enferma la gente y se muere, acaso?
- Claro que sí, no niego eso...
- Bueno... "ahí se incorpora", ves?
- Lo que veo, es que vos no podés ver nada más que lo establecido. Lo que intento decirte es otra cosa.
- Vos, perdoname, no? pero me parece que te cayó mal la pizza...
- Puede ser... aunque estaba buenísima. Pero: sabés de que hablo? de la posibilidad de la muerte. O sea, no creo que haya un momento "especial" que por determinadas coyunturas, dé lugar a la incorporación de la muerte, como algo externo. Lo que digo es que ya venimos con esa posibilidad de lo circular, de lo que no cesa de estar presente... como la vida, claro.
- Sigo sin poder entender nada.
- Es por una cuestión "externa" que no podés entenderme, es lo que se enseña, es lo que debemos creer... y te digo de todo corazón que no quiero convencerte de nada, sólo te cuento lo que a mí me parece...
- No... está bien... lo que pasa es que me gustaría poder creer otras cosas, como vos...
- No trates de "creerme" ni de "creer" como yo... tratá de pensarlo, tratá de sentir profundamente ésto que estamos hablando, fijate si podés dudar un poco de las cosas tan prolijas que nos tiraron por la cabeza cuando nacimos...
- Es mucho para mí!!!
- Ja ja ja... otro día te cuento cuando sentí en el cuerpo, que ésto era así.
-Bueh... en realidad, lo de la edad es un argumento un poco relativo, digamos...
- Cómo "relativo"?, qué estás diciendo?
- Eso: que me parece un argumento débil... el hecho de suponer que la edad es algo "determinante" de la muerte...o no?
- No. La gente, normalmente se muere cuando es vieja.
- Ja! no me hagas reír... qué me decís de Gastón? y de Mario? y de las hijas de Rosa? Y de tantos otros... que ni me voy a poner a sacar ninguna cuenta. Porque para mí, la cuestión es otra.
-Obvio! ya sé que hay gente que muere joven... no lo estoy negando!. Lo que digo es que eso me da mucha pena.
- Pena... pero, qué hacemos con la pena? Nunca te pusiste a pensar que la muerte y la vida son las dos caras de la misma moneda?
- Y... en algún aspecto, sí. Pero tiene que terminar una primero para...
- para nada. No tiene que terminar: continúa en otra forma, en un sin-ser-como-hasta-ahora, si querés. La muerte no se incorpora en un recodo de la vida. La muerte viene con uno.
- No digás pavadas! Y, entonces, qué me decís de las enfermedades? No se enferma la gente y se muere, acaso?
- Claro que sí, no niego eso...
- Bueno... "ahí se incorpora", ves?
- Lo que veo, es que vos no podés ver nada más que lo establecido. Lo que intento decirte es otra cosa.
- Vos, perdoname, no? pero me parece que te cayó mal la pizza...
- Puede ser... aunque estaba buenísima. Pero: sabés de que hablo? de la posibilidad de la muerte. O sea, no creo que haya un momento "especial" que por determinadas coyunturas, dé lugar a la incorporación de la muerte, como algo externo. Lo que digo es que ya venimos con esa posibilidad de lo circular, de lo que no cesa de estar presente... como la vida, claro.
- Sigo sin poder entender nada.
- Es por una cuestión "externa" que no podés entenderme, es lo que se enseña, es lo que debemos creer... y te digo de todo corazón que no quiero convencerte de nada, sólo te cuento lo que a mí me parece...
- No... está bien... lo que pasa es que me gustaría poder creer otras cosas, como vos...
- No trates de "creerme" ni de "creer" como yo... tratá de pensarlo, tratá de sentir profundamente ésto que estamos hablando, fijate si podés dudar un poco de las cosas tan prolijas que nos tiraron por la cabeza cuando nacimos...
- Es mucho para mí!!!
- Ja ja ja... otro día te cuento cuando sentí en el cuerpo, que ésto era así.
maria
.-.-.-.-.
lunes, 19 de febrero de 2007
Cuando se asomó a la orilla del estanque, respiró
profundo, pero
no le gustó porque el agua tenía basuritas. Igual se
quedó encantado de haberse animado a respirar sobre la
manta verde del agua.
Siguió el camino hasta allá abajo, donde la tierra era la
nube, y bajó tan rápido, que no tuvo tiempo de nada.
Ahí hacía más frío, el aire dolía en los brazos y en la
cara, y sintió en las piernas que tenía que seguir
caminando. Empezó a escucharlo... seco. Golpes
secos.Lejos aún de la vista directa. Frío y golpes. Ahora
con un poco más de cuerpo, parecían cascadas. Cada
vez, sonaba mas fuerte, aun cuando ya los oídos le
zumbaban en el cuello... un ruido circular.
Se animó a mirar. Y fue como mirar para adentro...
golpes secos.Lo que duele. Ruido circular. Lo que no
cesa. Lo que ahorca. El dolor del ahogo seco. Y mudo.
Que no llora. Que no dice. Que duele. Mirar sin ojos.
Sentir. Sentir lo roto. Sentirse roto. El amor. La ternura.
La amenaza del suicidio. El tren. El abandono. La linda y
la fea. El odio por las balas. La Reina de las entrañas.La
muerte del abuelo. La hermanita.
profundo, pero
no le gustó porque el agua tenía basuritas. Igual se
quedó encantado de haberse animado a respirar sobre la
manta verde del agua.
Siguió el camino hasta allá abajo, donde la tierra era la
nube, y bajó tan rápido, que no tuvo tiempo de nada.
Ahí hacía más frío, el aire dolía en los brazos y en la
cara, y sintió en las piernas que tenía que seguir
caminando. Empezó a escucharlo... seco. Golpes
secos.Lejos aún de la vista directa. Frío y golpes. Ahora
con un poco más de cuerpo, parecían cascadas. Cada
vez, sonaba mas fuerte, aun cuando ya los oídos le
zumbaban en el cuello... un ruido circular.
Se animó a mirar. Y fue como mirar para adentro...
golpes secos.Lo que duele. Ruido circular. Lo que no
cesa. Lo que ahorca. El dolor del ahogo seco. Y mudo.
Que no llora. Que no dice. Que duele. Mirar sin ojos.
Sentir. Sentir lo roto. Sentirse roto. El amor. La ternura.
La amenaza del suicidio. El tren. El abandono. La linda y
la fea. El odio por las balas. La Reina de las entrañas.La
muerte del abuelo. La hermanita.
Despacio, por tanto peso, se agachó y metió la mano
derecha en el agua fría. Se estremeció su equilibrio.
Cuando la mano llegó a su boca, rozó a los peces que
caían de sus ojos.-
derecha en el agua fría. Se estremeció su equilibrio.
Cuando la mano llegó a su boca, rozó a los peces que
caían de sus ojos.-
maria
.-.-.-
Barrer en el desierto es como escribir en el agua? Y en qué alfombra escondemos la basura? en la roja? no... mejor bajo la de Estambul, es más bonita y nadie va a sospechar qué tenemos ahí.
Cuándo sacudiremos -finalmente- las alfombras?
Cuándo decidiremos salir de esos lugares tan mojados?
Cuándo nos pondremos a no dar lástima? ni a los otros, ni frente al espejo.
Cuándo dejaremos de lado los mandatos familiares y sociales que nos aplastan?
Cuándo reconoceremos la diferencia que hay entre "respeto al otro" y "poner un límite"?
Cuándo dejaremos de temer que no nos quieran?
Cuándo aprenderemos a conectarnos con nosotros mismos?
Cuándo querremos comunicarnos con nosotros mismos?
Cuándo aprenderemos que no hay un solo punto de vista?
Cuándo decidiremos ser libres?
maria
.-.-.-.-.
Hallazgo
SER
Hay medidas que miden la tierra
hay medidas que miden las aguas
hay medidas que miden los tiempos.
Hay medidas.
hoy me dí a la tierra y vi mi sombra
pero no estaba allí
hoy me dí al agua y en la ropa
quedaron mis escamas
hoy dí vueltas las manos de las horas
y me encerré en su círculo
No quiero más medidas
ni verdades a medias
ni mentiras a medias
Quiero ser y no ser en este cuerpo
sin medir cómo queda
quiero sombra en el agua
quiero escamas y tierra
y círculos abiertos.
maria
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