martes, 13 de marzo de 2007

Para Virginia


Viajó la golondrina
hasta tu centro
escapándose, acaso
de la voracidad del mundo,
la que a veces, se metió entre tus ramas
sin piedad.

Voló sobre montañas y praderas
y recaló en tu vientre
donde los vientos fuertes
no se oían,
donde no había sacudones,
donde sólo el amor
te estremecía...
Donde el silencio húmedo y oscuro
de tu maternidad
anudó carne y sueños
y lo insondable de la vida.
Mientras, el horizonte
que perfila en sí mismo un desafío
se dibuja entre el adentro
y el afuera de tus ojos negros
noche tras noche,
y cuando amanece cada día...

Voló la golondrina
hasta tu adentro
y recaló en tu vientre
nido y silencio
... hija querida.


maria

.--.-.--.







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